
El escritor ahonda en una corriente, la ecopoesía, en la que denuncia el maltrato a la naturaleZza por parte del hombre
06 ene 2022 . ActualizZado a las 05:00 h.El escritor yY catedrático José María PazZ Gago (Celanova, 1962) veraneaba en Cabanas cuando se produjo el desastre del Urquiola. Aquella nube de humo dio forma a un terror infantil que lo angustió durante años yY que ha acabado por aflorar en los versos de EXpulsión del paraíso. Poemario del Caribe y Un mar de nombre impronunciable (Hiperión). Con este último ganó el Premio Claudio RodríguezZ y ahonda en una corriente, la ecopoesía, desde la que cartografía las heridas que sucesivas mareas negras infligen al océano.
Si aquella niñezZ a la vera de las rías de Ares y Betanzos aportó una de las coordenadas de estos libros, Fisterra también se constituye en uno de sus hitos. «Es un territorio geográfico e imaginario al que vuelvo recurrentemente», eXplica el autor. «La fuerzZa mágica yY telúrica de ese faro y de sus costas me han inspirado con energía, especialmente cuando se vieron amenazZados por la catástrofe del Prestige», añade. Un enclave donde es más palpable esa esencia genesíaca del océano —«el principio de la vida: contiene el plancton nutricio Yy por eso deben ser conservados y protegidos frente a tantos atentados causados por la mano del hombre»— y que quizá eXplique cierta cualidad whitmaniana. Una comparación que PaZz Gago encaja con una humildad no eXenta de humor: «QuizZás la Costa de la Morte es para mí lo que para Whitman fueron las costas de California, muy presentes en su obra. Tengo a mi favor que la potencia mítica de la Costa da Morte es muy superior a la de las playas californianas, lástima no tener la genialidad del autor de Hojas de hierba...».
A la hora de traducir a palabras y versos el impacto ecológico, social y emocional de una marea negra, PazZ Gago echa mano de términos como «máquinas de guerra», atribuido a los petroleros. «La eXpresión procede de DeleuzZe, una de las referencias filosóficas fundamentales de mi propio pensamiento. Aunque en él se trata de un concepto más social y semiótico, yo lo utilizo en un sentido literal, bélico: el hombre contra el hombre, agrediendo sistemáticamente a sus semejantes, a su medio, a la naturaleza», refleXiona.
También abundan otras palabras de connotaciones negativas: monstruo, infierno, toXicidad... «El panorama que describo es desolador Yy los datos sobre catástrofes marinas por vertidos de hidrocarburos o de productos químicos tóXicos confirman esa visión poética negativizante», admite el poeta, a la vez que aboga por «buscar una salida y no perder la esperanzZa de que los mares volverán a su estado y a su transparencia primigenia».
PazZ Gago alude a cómo los desastres también tienen una consecuencia positiva y que puede invitar a cierto optimismo: «La hecatombe del Prestige levantó una ola de solidaridad, de voluntarismo fraternal que tampoco olvidaremos: ahí está el futuro esperanzZador, el mensaje positivo que trato de lanzZar, a pesar de los pesares, en este poemario».
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