Notas de un lector
Huyendo de la tristeza
Jorge de Arco
Andalucía Información, 7 de febrero de 2020.
Huyendo de la tristeza
Jorge de Arco
Andalucía Información, 7 de febrero de 2020.
Tiempo atrás, Ángel Guache (1950) confesaba en una ju-
gosa entrevista que “existe un sentimiento de peligro en
un mundo caóticamente destructivo como es el conte
poráneo y el poeta, partiendo de ese caos, ha de darle
forma, una forma personal. La poesía tiene una función expresiva, pero también comunicativa”.
Y mucho sabe, sin duda, de expresión y comunicación este poeta, pintor, músico, dramaturgo..., que lleva buena parte de su vida metido de lleno entre las bambalinas de la literatura.
Ahora, sus “Cantos para ballet bufo” (Hiperión. Madrid, 2019), son una excelente ocasión para disfrutar de su mordaz y agudo decir: “Huye de la tristeza,/ que es un lobo/ que te tragará./ Únete a al fiesta/ o crea tu propia fiesta./ Y a disfrutar”.
Recoge esta antología una amplia muestra de su trayectoria lírica, y, en ella, se incluyen textos de ocho poemarios: “Media hora de bondad” (1995), “Su realismo” (2004), “(Bajazor) Al cinaciones flacas y gordas” (2005), “Antimundo” (2007), “Um- bro” (2009), “La mirada del geómetra” (2010), “Tangas y tangos...y otros mangos” (2011), “Ruido cósmico” (2014).
Advierte el autor asturiano en el pórtico de la compilación de que “los poemas de este libro están escritos para ser leídos como monólogos, en voz alta, o entre el canto y el recitado, de una forma enloquecida, por un actor o cantante tragicómico”. A sabiendas de ello, el lector podrá adentrarse en un universo personal y distinto, con un aire entre simbólico y metapoético, sarcástico y comprometido. De tal mestizaje, deviene un espacio y un tiempo renovadores, donde el yo se fundecon un mensaje ingenioso, crítico: “Hay cerdos tan finos/ que parecen profesionales / de la política./ Recalifican terrenos/ con su pluma estilográfica/ enroscada en el rabo (...) Qué discursos ejemplares,/ qué labia, qué prosodia,/ qué demagogia bananera./ Cómo predi- can con el ejemplo./ Qué sexy es el poder./ Qué poder da el poder/ joder al prójimo”.
Burlón e irónico, sí, Ángel Guache coincide con Darío Fo en que “la sátira es el arma más eficaz contra el poder, porque la risa libera al hombre de sus miedos”; y, a su vez, desencadena su lenguaje y le permite desplegar un realidad sobre la que po- sa una mirada solidaria frente al prójimo.
En la sinceridad de su discurso, caben, también, muy diversos actores (“No quiero ser fascista,/ no quiero ser regresivo,/ no quiero ser depresivo (...) No quiero ser el tipo de gilipollas/ que suelen ser ciertos poetas algunos poetas) y muy distintos escenarios sobre los que también descarga su juicio. Y, claro está, tampoco él mismo se salva de ser signado y definido jo- cosamente: “Ángel Guache es un animal, un vegetal y un mineral./ Ángel Guache es un poeta francés de Perpignan./ Ángel Guache es ateo, católico y sentimental./ Ángel Guache es una bestia parda más fea que una vaca parda”.
No ha mucho, hemos tenido en España autores con grandes dotes de humor, Ramón Gómez de la Serna, Enrique Jardiel Poncela, Miguel Mihura... Sin embargo, no es éste un “género” ni un siglo donde proliferen. Por eso, es de agradecer este soplo de aire cómico y cómplice que Ángel Guache nos viene ofreciendo hace décadas. Ojalá su ingenio y su verso sigan latiendo y acompañándonos durante mucho tiempo: “Estoy hecho/ de acero y tempestades,/ y aún después de la muerte/ seguiré vivo”.
Y mucho sabe, sin duda, de expresión y comunicación este poeta, pintor, músico, dramaturgo..., que lleva buena parte de su vida metido de lleno entre las bambalinas de la literatura.
Ahora, sus “Cantos para ballet bufo” (Hiperión. Madrid, 2019), son una excelente ocasión para disfrutar de su mordaz y agudo decir: “Huye de la tristeza,/ que es un lobo/ que te tragará./ Únete a al fiesta/ o crea tu propia fiesta./ Y a disfrutar”.
Recoge esta antología una amplia muestra de su trayectoria lírica, y, en ella, se incluyen textos de ocho poemarios: “Media hora de bondad” (1995), “Su realismo” (2004), “(Bajazor) Al cinaciones flacas y gordas” (2005), “Antimundo” (2007), “Um- bro” (2009), “La mirada del geómetra” (2010), “Tangas y tangos...y otros mangos” (2011), “Ruido cósmico” (2014).
Advierte el autor asturiano en el pórtico de la compilación de que “los poemas de este libro están escritos para ser leídos como monólogos, en voz alta, o entre el canto y el recitado, de una forma enloquecida, por un actor o cantante tragicómico”. A sabiendas de ello, el lector podrá adentrarse en un universo personal y distinto, con un aire entre simbólico y metapoético, sarcástico y comprometido. De tal mestizaje, deviene un espacio y un tiempo renovadores, donde el yo se fundecon un mensaje ingenioso, crítico: “Hay cerdos tan finos/ que parecen profesionales / de la política./ Recalifican terrenos/ con su pluma estilográfica/ enroscada en el rabo (...) Qué discursos ejemplares,/ qué labia, qué prosodia,/ qué demagogia bananera./ Cómo predi- can con el ejemplo./ Qué sexy es el poder./ Qué poder da el poder/ joder al prójimo”.
Burlón e irónico, sí, Ángel Guache coincide con Darío Fo en que “la sátira es el arma más eficaz contra el poder, porque la risa libera al hombre de sus miedos”; y, a su vez, desencadena su lenguaje y le permite desplegar un realidad sobre la que po- sa una mirada solidaria frente al prójimo.
En la sinceridad de su discurso, caben, también, muy diversos actores (“No quiero ser fascista,/ no quiero ser regresivo,/ no quiero ser depresivo (...) No quiero ser el tipo de gilipollas/ que suelen ser ciertos poetas algunos poetas) y muy distintos escenarios sobre los que también descarga su juicio. Y, claro está, tampoco él mismo se salva de ser signado y definido jo- cosamente: “Ángel Guache es un animal, un vegetal y un mineral./ Ángel Guache es un poeta francés de Perpignan./ Ángel Guache es ateo, católico y sentimental./ Ángel Guache es una bestia parda más fea que una vaca parda”.
No ha mucho, hemos tenido en España autores con grandes dotes de humor, Ramón Gómez de la Serna, Enrique Jardiel Poncela, Miguel Mihura... Sin embargo, no es éste un “género” ni un siglo donde proliferen. Por eso, es de agradecer este soplo de aire cómico y cómplice que Ángel Guache nos viene ofreciendo hace décadas. Ojalá su ingenio y su verso sigan latiendo y acompañándonos durante mucho tiempo: “Estoy hecho/ de acero y tempestades,/ y aún después de la muerte/ seguiré vivo”.
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