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El periódico digital de la Universidad de Murcia
«LA HEROICIDAD ES LA PATRIA DE LOS JÓVENES», RESEÑA DE «HIJOS DE LA BONANZA» DE ROCÍO ACEBAL
Jesús Miguel Pacheco Pérez
Rocío Acebal (Oviedo, 1997) da en el clavo al escribir que «uno aprende a vivir en la impotencia». Este verso, perteneciente a su poemario Hijos de la bonanza (Hiperión, 2020), galardonado con el XXXV Premio de Poesía Hiperión, es uno de los más exactos que se podrían escribir sobre esa generación millennial que sale al peor de los mercados laborales en un país como España, cumbre del desempleo joven en Europa. «Conseguirás —dijeron— / mucho más que tus padres y sus padres» escribe Rocío en el poema homónimo al libro.
Hijos de la bonanza es la voz de esta generación a la que han mentido consciente o inconscientemente. Herederos del neoliberalismo que ha mostrado tantos desatinos en los últimos tiempos, estos hijos de la bonanza habríamos de estar viviendo en la tierra prometida, un lugar que apenas se quedó en la palabra. Así la recuerda Rocío, ubicando con precisión el momento exacto en que se ha criado con unos versos que dialogan con Rafael Alberti o Jaime Gil de Biedma («yo nací —comprendedme— / en tiempo de internet y construcciones»), así como el primer vistazo al texto en que encontramos la telúrica voz de Antonio Machado («Mi infancia son recuerdos de un piso a las afueras / y un huerto descuidado en la ventana»).
Así pues, encontramos la reivindicación en estas páginas, la fuerza política heredada de Machado y la aguda crítica de Gil de Biedma. Estos dos componentes filtrados por el desengaño posmoderno y la desmitificación de los Hijos de la ira. Asimismo, estas páginas toman dos de los temas más importantes de la poesía social contemporánea: el feminismo y la precariedad. Resistencia frente a los problemas sociales, memoria y conformismo, realismo destructor de todo idilio, irónicos cuestionamientos al proceso literario y nomadismo profesional estructuran el libro como una hábil crítica al mundo que rodea a una joven escritora millennial en el siglo XXI.
Cercana a cualquier público, un lenguaje directo, sin artificios que endurezcan el mensaje y un gran número de incisos aclaratorios, trata con humor e ironía el proceso literario, con poemas como «proceso literario» o «la entrevista», recordando a los poemas de Víctor Botas por la sencillez y la precisión, por la ironía y los incisos.
Dividido en tres secciones, la primera es predominantemente feminista, crítica y señala los defectos de la sociedad que le ha tocado vivir a la autora. Aquí los versos cobran una potencia intensificada por el juego intertextual y la capacidad de trasladar su visión al resto de jóvenes, que, como ella, sufren el ser los hijos de la bonanza. La segunda parte, por otro lado, expone los entresijos de la creación literaria posmoderna, todo lo que hay detrás de un libro de poemas, la peliaguda situación del escritor joven actual cuyo paso más fácil es siempre el de escribir poesía. Luego, una tercera parte se fija en la identidad femenina con ecos ochenteros, culminando un poemario que se abre en un abanico de 40 años de evolución, reivindicación y búsqueda una vida mejor.
En conclusión, Hijos de la bonanza es un poemario inteligente y crítico, agudo e irónico, con una estética ochentera capaz de adentrarse en el lector millennial como compañero de angustia. Una vuelta posmoderna del Hijos de la ira y una exquisita tradición literaria con la que dialoga la autora para universalizar los problemas que acompañan a su generación, esa generación a la que se le prometió un mundo que jamás alcanzaría.
LA ENTREVISTA
Buenas tardes, soy yo, sí, encantada,
tutéeme, por Dios, que aún soy joven.
Sus datos son correctos:
estudio dos carreras, no trabajo,
no tengo amante célebre, ni novio, ni marido,
no vaya usted a titular con eso.
¿La inspiración? Verá,
mis versos son ficción pero nunca mentira.
Es complicado, sí, escribir poesía,
no vivo de mis libros, ¡ojalá!;
mala salud de hierro, ya sabe lo que dicen.
¿Le importa repetirme la pregunta?
La poesía femenina, claro,
podría darle el nombre de unas cuantas-
es tarde ya, comprendo, es una pena.
¿Cuándo me dijo que salía esto?
Muy buenas tardes, hasta luego, gracias,
¿aquí abajo y derecha?, muchas gracias,
encantada, encantada, buenas tardes,
¿me avisa cuando salga?, muchas gracias,
que tenga buena tarde y de verdad
que muchísimas gracias.
Hijos de la bonanza. Ediciones Hiperión. 2020. 70 páginas. 9’62 €
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