Ir al contenido principal

Pasión y muerte de Dido/VIRGILIO–Vicente Cristóbal/por Xaverio Ballester

 



 HERMĒNEUS, 23 (2021), pp. 533-536 ISSN: 2530-609X 

 

Vicente Cristóbal López, Virgilio. Pasión y muerte de Dido

Madrid, poesía Hiperión, 2021, 99 pp. 

DOI: https://doi.org/10.24197/her.24.2022.533-536 


No es la primera vez que la prestigiosa Editorial Hiperión, de tan clásico nombre, entre sus casi ochocientos números publicados, hace un hueco a la traducción de la poesía clásica grecorromana. A los Catulo, Ovidio, Safo y otros diversos autores ya publicados se había sumado en el 2018 la edición bilingüe de Virgilio. La última noche de Troya por Vicente Cristóbal, es decir, el texto latino y la traducción del libro II de la extensa —XII libros— «Eneida» (Æneis), la considerada obra cimera de la literatura romana, texto de devastadora influencia en la literatura occidental y consecuentemente con multitud de traducciones en numerosísimas lenguas. Ahora, siguiendo el mismo formato, se presenta esta Didoneida —pues el libro se centra en el no correspondido amor de la reina Dido o Didón por el protagonista de esta obra, el errante y ambiguo Eneas, vicisitud que para los romanos coexplicaba la futura hostilidad entre Roma y Cartago— o texto y traducción por el mismo autor del libro IV de tan célebre obra. La principal singularidad de estas versiones está en el intento de verter el complejo mecanismo del metro latino empleado —el hexámetro dactílico, estructurado en una básica alternancia de sílabas largas (o cerradas) y breves (o abiertas)— en hexámetros castellanos, basados en una estructura sílabotónica: diecisiete sílabas con una secuencia fija final ‒́ ‒ ‒ | ‒́ ‒ (tónica – átona – átona | tónica – átona) en respuesta al característico final ‒ u u | ‒ x (trabada – abierta – abierta | trabada – indiferente) del original metro latino, así en Mién·tras, el cié·lo co·mién·za͡ a mos·trár·se re·vuél·to con grán·des / trué·nos, y sí·gue͡ una tróm·ba de llú·via mez·clá·da͡ al gra·ní·zo, / ý por do·quiér los de Tí·ro y͡ a͡ un tiém·po los mó·zos de Tróya, / y͡ él que͡ é·ra nié·to dar·dá·nio de Vé·nus, con mié·do͡ en los cám·pos / bús·can re·fú·gios dis·pér·sos; y có·rren to·rrén·tes del món·te (vv. 160-164, p. 29). El autor de este ingente desafío traductivo ha sido Vicente Cristóbal, catedrático de Filología Latina de la Universidad Complutense, latinista con amplia experiencia tanto en el campo de la literatura romana y sus textos como en la traducción de lo más granado de estos: Catulo, Virgilio, Horacio y Ovidio. 

El hexámetro dactílico es un verso de origen helénico y creado específicamente para las hablas griegas de al menos los inicios del primer milenio a. C. Pese a que la prosodia de ambas lenguas resultaba bastante homologable, su adaptación a la lengua latina fue ardua, principalmente por 

el hecho de que el latín —que presenta un gran número de consonantes geminadas— dispone estadísticamente de muchas más sílabas largas que el griego, de modo que el dáctilo (cfr. el término dactílico), el característico pie básico —o mínima unidad métrica aquí funcional— de este metro y con una estructura ‒ u u que procuraba un ritmo rápido al verso, resultaba mucho menos frecuente en latín que en griego. Asimismo, y sobre todo en sus fases más antiguas, el griego conocía un número mayor de licencias posibles — como verbigracia y por citar un ejemplo chocante: la tmesis o posibilidad de separar un preverbio de la raíz verbal— no todas las cuales serían finalmente aceptadas en la versificación latina convencional. Con todo, el hexámetro dactílico logró acabar conformándose también para la lengua latina, también para la literatura romana, como el verso con diferencia más popular y frecuente. 

La divergencia prosódica del griego y latín con las lenguas románicas obviamente excluye, en cambio, la posibilidad de un trasvase eficaz, siquiera arduo y artificioso, del más celebrado verso clásico de aquellas lenguas a estas, pese a que, por supuesto, ha habido muchos intentos históricos, especialmente entre los autores más devotos del clasicismo, de imitar el, por antonomasia, verso clásico. Aceptado el mencionado principio de la homologación de cantidades silábicas y estructuras silabotónicas, al margen del habitual mucho mayor volumen silábico de las analíticas lenguas románicas —el hexámetro grecorromano puede tener un mínimo de 12/13 sílabas y un máximo de 17— un singular problema lo plantea la primera sílaba de cada verso, que debe[ría] ser siempre tónica (≈ trabada), restricción empero que en tiradas largas de versos deviene poco menos que inaceptable en la adaptación silabotónica al castellano, ya que excluiría prácticamente todos los artículos, todas las conjunciones, preposiciones o en general subordinantes más comunes en español y que por definición son átonas, especialmente si se trata de monosílabos (de, con, el, mas, si, un, y...), restricción, por tanto, a la que obviamente el profesor Cristóbal se ve obligado en ocasiones a desatender como comprensible licencia. Paradójicamente, sin embargo, esta infracción de la estricta normativa de adaptación, con comienzos de versos como: sé pre·sen·tó (v. 557, p. 63), qué le͡ a·vi·sába (v. 558, p. 63) o y͡ én el ca·bé·llo (v. 559, p. 63) nos restituye algo del efecto que a oídos de los antiguos tendría otra de las características más conspicuas de aquel verso clásico, cual era la fuerte distorsión, muy frecuente sobre todo en los pies no finales, entre la acentuación de las palabras —es decir: ¡precisamente su estructura silabotónica!— tipo óbtulit in sómnis rursúsque íta vísa monére’st (v. 557, p. 63) o et crínis fláuos et mémbra decóra iuuénta (v. 559, p. 63) y el más ubicuo 

ictus o tiempo fuerte de cada pie: óbtulit ín somnís rursúsque ita vísa monére’st o ét crinís flauós et mémbra decóra iuuénta; un efecto, por tanto, similar al de las dislocaciones que encontramos en tantas canciones populares, como en quisiera ser tan alta como la luná / para ver los soldados de Cataluñá, llamativo efecto que sin duda contribuiría a la mejor memorización del texto. En otras publicaciones el mismo Cristóbal ha explicado y justificado las pautas y licencias prosódicas empleadas en sus versiones, siguiendo también así en cierta manera la auctoritas o prestigio de la preceptística antigua en materia de Métrica y Poética y que precisamente contemplaba regularmente qué excepciones o variaciones eran permitidas, las cuales en algún caso podían ser especialmente numerosas, como notoriamente sucedía con el senario yámbico, metro cuyo esquema y discurrir se consideraba el más cercano a la prosa, pues no en vano admitía un alto número de substituciones de un pie por otro. 

El corpus de esta obra se enmarca entre un breve prólogo aclaratorio de algunas circunstancias de esta concreta edición (pp. 9-13) y un más denso epílogo (pp. 77-90) donde el latinista analiza con experimentada solvencia los principales aspectos históricos y filológicos de la Eneida y de este tan afamado libro IV en particular. 

Al profesional conocimiento de los detalles, en texto y contexto, de las obras que son objeto de su traducción añade Cristóbal su propio y personal cultivo de la poesía. Significativamente el primer poema de su primer poemario publicado: Silva Mitológica (Ediciones Clásicas, Madrid 2007) se titula «Virgilio» (pp. 19-21) y contiene versos tan premonitorios como «Yo busco los vestigios de su llama, / alumbrar las miradas más antiguas». Nacido en Valdilecha (Madrid) a su sensibilidad poética y dominio de prosodia y métrica en entrambas lenguas, une Cristóbal también en esta entrega lo recio de su castellano ancestral y profundo. El resultado marca un auténtico hito en las versiones de la magna obra del vate de Mantua con versos tan logrados cuales É·ra de nó·che͡ y los cuér·pos, can·sá·dos, go·zá·ban del sué·ño / plá·ci·do͡ en tó·da la tié·rra͡, y los bós·ques y͡ el már le·van·tís·co / é·ran en cál·ma͡, a la véz que los ás·tros tor·cí·an su rúm·bo / hóra͡ en que cá·llan los cám·pos, las fié·ras, las áves pin·tá·das (vv. 522–525, p. 61), pues que consiguen efectivamente evocar el ritmo del original latino (o Érade nócheylos cuérposcan sádosgo zábandel suéño etc., si notamos los pies métricos a la manera de los gramáticos antiguos en latín: Nóxera tétplaci dúmcar pébant féssaso pórem). Es una pena que no se hayan aprovechado las excelentes cualidades como ilustrador, especialmente de motivos clásicos, del poeta-traductor Cristóbal, un maestro del dibujo a plumilla, para amenizar 

visualmente este volumen. Cabe esperar, en fin, que el desafío se complete en el futuro con todos los libros restantes. Concluía su «Virgilio» nuestro vate latinista, traductor e ilustrador con el siguiente deseo:«señor de los ocasos,verbo grande,/secretario del dios desconocido,/ábreme tú la puerta hacia los nombres», voto que se ve más que bien cumplido en esta madurada versión que de par en par—del libro II al libro IV—nos abre, en efecto,las puertas de los nombres.

XAVERIO BALLESTER

Universita tde Valéncia

xaverio.ballester@uv.es

HERMĒNEUS, 23(2021), pp. 533-536ISSN: 2530-609X

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

«Nimiedades» de María Paz Otero en ZENDA

  COLABORAN SUSCRÍBETE MAPA WEB Inicio > Libros > Adelantos editoriales > 5 poemas de María Paz Otero Adelantos editoriales 5 poemas de María Paz Otero 10 May 2021 / zendalibros.com  /  María Paz Otero , poesía María Paz Otero (Madrid, 1995) ganó el III Premio de Poesía Joven Tino Barriuso con Nimiedades , su primer libro, recién publicado por Ediciones Hiperión . Nimiedades es un autorretrato íntimo, valiente y reflexivo. Sus poemas nacen de las vivencias cotidianas de la autora, de su memoria y de sus expectativas sobre el futuro. Es una obra bellísima, escrita con naturalidad y excelente oído. Su publicación significa la incorporación de una voz nueva e importante a la poesía española. Zenda adelanta cinco poemas del libro. *** Es tu cuerpo tan blanco a simple vista Es tu cuerpo tan blanco a simple vista que una podría, equivocada, quedarse en la superficie. Creer en tu pureza, venerarte en domingo con la fe de los...

La palabra es mágica. Hijos de la bonanza de Rocío Acebal Doval por Ricardo Fernández Esteban

  La palabra es mágica Bitácora poética de Ricardo Fernández Esteban. "La palabra es mágica", porque tiene el poder de transformar sonidos en sentimientos. lunes, 25 de septiembre de 2023 Rocío Aceval Rocio Aceval (Oviedo, 1997) ha publicado dos poemarios, Memorias del mar (2016) e Hijos de la bonanza (2020) que ganó el premio Hiperión. Me centraré en este último libro que me ha permitido conocer la obra de una gran poeta, tanto por el contenido de sus textos, como por el formato con el que escribe, que mantiene un magnífico ritmo poético al que nos tienen poco acostumbrados los autores jóvenes.  PROCESO LITERARIO Acudir a tertulias de santones. Escribir en un par de suplementos. Llevar una revista o ejercer de antólogo imparcial de tus amigos. Actualizar el blog semanalmente. Estudiar al dedillo las teorías de Dámas...

«Lugares donde quienes se amaron se amaron mucho» Héctor Aceves. Premio de Poesía Joven 'Tino Barriuso'

  Héctor Aceves @h_aceves_ «Lugares donde quienes se amaron se amaron mucho» está aquí. Escribí este poemario-novela en verano de 2022 y llega justo cuando vuelve el calor. La tan bonita ilustración de cubierta es de @luvalar . Lo podéis encontrar ya en la web de Hiperión y el 26 de mayo en librerías. Translate Tweet 2:54 PM · May 18, 2023 · 10.6K Views