CASA DE TINTA de Jesús MONTIEL Por Juan José Castro Martín
IDEAL, Granada, «Los libros que se publican esta semana». 14.12.2019
Al igual que títulos anteriores del autor, 'Casa de tinta, publicado en fecha reciente por Jesús Montiel en Editorial Hiperión, es un libro ubicado en el terreno fronterizo entre la prosa poética y el aforismo, con una construcción donde el contenido reflexivo en torno al oficio de escribir no es obstáculo para que florezca la propia escritura aunando pensamiento e imagen, hecho que ya de por sí justifica el contenido que desarrolla el libro.
La cuestión hölderiniana de para qué poetas (escritores) en tiempo de miseria cobra especial relieve en estas páginas. En ellas a través del cuestionamiento de la sociedad de la inmediatez actual, el autor pone el acento en lo secundario, esto es, la vida silenciosa que pasa desapercibida en un mundo de prisas donde el hombre existe como un engranaje del sistema imperante, acelerado y consumista. En este sentido, Montiel enfrenta la necesidad de que el hombre desafíe los grandes temas de una humanidad desdibujada, casi avergonzada de tales cuestiones, tales como la Muerte, el Amor, el Silencio o la Naturaleza.
Una mirada escrutadora repasa el devenir cotidiano para redescubrir el mundo, labor fundamental para el artista, según el autor. Es la capacidad de asombro lo que permite a la vida ser vida. Y sin embargo, esta existencia no debe eludir el dolor, maestro del canto, ni tampoco la muerte, vista en un marco trascendente y parte integrante de la parte creativa del ser humano. Es más, esta mirada tiene la fuerza rilkiana de la infancia; incluso se define al poeta como niño ensimismado que debe superar su propio egocentrismo para no ser un obstáculo para el propio poema.
«Todo los días de nuestra vida sucede el caos», dice el autor al comienzo de un libro estructurado en partes bien diferenciadas temáticamente y con cierto recorrido anecdótico personal en los que Montiel bucea para extraer esos aspectos que escapan al orden premeditado del mundo y donde el poeta ocupa un lugar absolutamente marginal como «chatarrero de Dios».
Y continuando en este sentido, no se elude la polémica sobre el exhibicionismo moderno que ha destruido la intimidad y la captación de la belleza en beneficio de un espectáculo plural y cibernético vacío y carente de sentido en el cual es difícil que el creador no sea más que un opinador más, un decidor de opiniones y no quien gesta una obra, la suya, dominada por la constante búsqueda, el silencio y la quietud contempladora de una realidad maravillosa.
La escritura, en este caso, sería un oficio, además de un arte de resistir. El autor, Jesús Montiel, nos revela en estas páginas su vivencia de poeta verdadero, aquel que se construye una «casa de tinta» para poder aguantar bajo la intemperie de lo real y lo vivido.
IDEAL, Granada, «Los libros que se publican esta semana». 14.12.2019
Al igual que títulos anteriores del autor, 'Casa de tinta, publicado en fecha reciente por Jesús Montiel en Editorial Hiperión, es un libro ubicado en el terreno fronterizo entre la prosa poética y el aforismo, con una construcción donde el contenido reflexivo en torno al oficio de escribir no es obstáculo para que florezca la propia escritura aunando pensamiento e imagen, hecho que ya de por sí justifica el contenido que desarrolla el libro.
La cuestión hölderiniana de para qué poetas (escritores) en tiempo de miseria cobra especial relieve en estas páginas. En ellas a través del cuestionamiento de la sociedad de la inmediatez actual, el autor pone el acento en lo secundario, esto es, la vida silenciosa que pasa desapercibida en un mundo de prisas donde el hombre existe como un engranaje del sistema imperante, acelerado y consumista. En este sentido, Montiel enfrenta la necesidad de que el hombre desafíe los grandes temas de una humanidad desdibujada, casi avergonzada de tales cuestiones, tales como la Muerte, el Amor, el Silencio o la Naturaleza.
Una mirada escrutadora repasa el devenir cotidiano para redescubrir el mundo, labor fundamental para el artista, según el autor. Es la capacidad de asombro lo que permite a la vida ser vida. Y sin embargo, esta existencia no debe eludir el dolor, maestro del canto, ni tampoco la muerte, vista en un marco trascendente y parte integrante de la parte creativa del ser humano. Es más, esta mirada tiene la fuerza rilkiana de la infancia; incluso se define al poeta como niño ensimismado que debe superar su propio egocentrismo para no ser un obstáculo para el propio poema.
«Todo los días de nuestra vida sucede el caos», dice el autor al comienzo de un libro estructurado en partes bien diferenciadas temáticamente y con cierto recorrido anecdótico personal en los que Montiel bucea para extraer esos aspectos que escapan al orden premeditado del mundo y donde el poeta ocupa un lugar absolutamente marginal como «chatarrero de Dios».
Y continuando en este sentido, no se elude la polémica sobre el exhibicionismo moderno que ha destruido la intimidad y la captación de la belleza en beneficio de un espectáculo plural y cibernético vacío y carente de sentido en el cual es difícil que el creador no sea más que un opinador más, un decidor de opiniones y no quien gesta una obra, la suya, dominada por la constante búsqueda, el silencio y la quietud contempladora de una realidad maravillosa.
La escritura, en este caso, sería un oficio, además de un arte de resistir. El autor, Jesús Montiel, nos revela en estas páginas su vivencia de poeta verdadero, aquel que se construye una «casa de tinta» para poder aguantar bajo la intemperie de lo real y lo vivido.
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